miércoles, 4 de mayo de 2011

Tatlin sobre su obra

"El monumento moderno debe reflejar la vida social de la ciudad; más aún, la propia ciudad debe vivir en él. Sólo el ritmo de las metrópolis, de las fábricas y de las máquinas, sólo la organización de las masa puede impulsar el nuevo arte; por eso, las obras plásticas de la revolución deben brotar del espíritu del colectivismo.

En consecuencia, el monumento-máquina tiene finalidades prácticas y está compuesto por tres enorme recintos de cristal. Estos recintos están colocados verticalmente, uno encima de otro, y rodeados de varias armaduras que armonizan entre sí. Gracias a un mecanismo especial, se mantienen siempre en movimiento, pero cada uno de ellos a distinta velocidad. El más bajo tiene la forma de un cubo y realiza al año un giro completo sobre sí mismo; servirá para las funciones legislativas y en él tendrán lugar las conferencias de la Internacional, las sesiones de los congresos y las asambleas. El recinto intermedio tiene forma piramidal y gira sobre sí mismo en un mes; en el se reunirán los órganos administrativos y ejecutivos. El recinto superior, cilíndrico, gira sobre sí mismo una vez al día; está destinado a la información y propaganda, a centro de noticias, a los periódicos, a la difusión de los manifiestos; en él se instalarán el telégrafo, la radio y un aparato para proyecciones cinematográficas... Todo el monumento reposa sobre dos ejes estrechamente relacionados entre sí. En la dirección de estos ejes se realiza un movimiento ascensional que es intersectado en cada uno de sus puntos por el movimiento de las líneas en espiral. El choque de estos dos movimientos dinámicos, de naturaleza contradictoria, debería, en rigor, expresar la destrucción; pero las espirales, al moverse hacia arriba, producen una imagen dinámica movido por un sistema de ejes intersecantes eternamente tensos. La forma quiere vencer a la materia; la fuerza de atracción busca una salida en las líneas elásticas y más ligeras, és decir, en las espirales. Lo mismo que el triángulo es la mejor expresión del Renacimiento como símbolo del equilibrio general, así la espiral es el símbolo más eficaz de los tiempos modernos..."

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